El ciclo Exhibir También Es Hacer Cine llevó a cabo una de sus funciones más conmovedoras en el atrio de la Iglesia de Santa Ana, Guanajuato, donde se proyectó el documental EL ECO, de la galardonada cineasta Tatiana Huezo. La noche se transformó en un espacio de encuentro y diálogo donde decenas de asistentes, incluidos niños y personas de la tercera edad, compartieron una experiencia cinematográfica única bajo las estrellas.
La comunidad de Santa Ana, en el municipio de Guanajuato, se congregó de manera cálida y solidaria, ofreciendo a los presentes bebidas tradicionales como ponche, champurrado y café de olla, lo que hizo de la velada un auténtico encuentro comunitario. La atmósfera recordó a la esencia misma de EL ECO, un documental que retrata la vida en un pequeño pueblo rural donde los niños crecen aprendiendo las lecciones de la naturaleza, la muerte y el trabajo. En Santa Ana, como en EL ECO, las comunidades encuentran fortaleza en la cercanía, en los rituales cotidianos y en el lazo que los une con su tierra.
Durante la función, se contó con la emotiva presencia del equipo del corto que acompañó la proyección, LA NEVERIA, de Alejandro Aguilera Pantoja, así como con el enlace de Mina Bolañitos, uno de los colaboradores clave de Cine La Mina, Alan García encargado del área de relaciones comunitarias de Mina Bolañitos, quien se mostró profundamente conmovido por la respuesta de la comunidad, agradeciendo a los asistentes por su participación activa y el apoyo brindado a esta iniciativa:
«Ver cómo la gente se apropia de estos espacios, compartiendo sus historias y su tiempo en torno al cine, es algo que nos toca profundamente. Esta noche, Santa Ana y EL ECO se encontraron en una misma realidad que nos invita a reflexionar sobre lo que realmente importa: la comunidad y su historia”.
La proyección de EL ECO no fue una casualidad en Santa Ana. La curaduría de Cine La Mina está profundamente alineada con la misión de llevar historias que reflejen las realidades locales a las comunidades. Santa Ana, con su gente cercana a la tierra y al trabajo comunitario, reflejó la propia esencia del documental de Tatiana Huezo, que narra la vida de los niños de un remoto pueblo rural mientras aprenden sobre la muerte, el trabajo y el amor a través de las enseñanzas de sus padres. Este paralelismo entre la película y el lugar reafirma el compromiso de Exhibir También Es Hacer Cine de llevar el cine a lugares donde las historias proyectadas hablen directamente sobre la vida de quienes las ven.
La noche fue un éxito no sólo por la gran cantidad de asistentes, sino también por la calidad del encuentro entre el cine y la comunidad. Los asistentes vivieron una experiencia que superó el simple acto de ver una película: se trató de un diálogo abierto entre el cine, el entorno y las personas que lo habitan. Exhibir También Es Hacer Cine sigue demostrando que el cine puede ser una herramienta transformadora cuando se lleva a los lugares y personas correctas.
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🙏🏻 Proyecto realizado con el apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía, a través del Programa de Fomento al Cine Mexicano (FOCINE)
Director de Prensa y Relaciones Públicas.
